SEMANA DE LOS VALORES PASIONISTAS: UNA CELEBRACIÓN DE TRADICIÓN Y FRATERNIDAD

La Semana de los Valores Pasionistas, una iniciativa impulsada por el centro de estudiantes y el equipo de pastoral, se celebró con gran entusiasmo en nuestra institución. Esta semana no solo conmemora la acción pastoral del colegio y su carisma, sino que también busca fortalecer el sello valórico y carisma institucional, especialmente en el contexto del estallido social y la pandemia que han afectado las tradicionales acciones fraternas entre cursos.

El lunes, bajo el lema de «Solidaridad», se organizó un «Recreo entretenido» donde los estudiantes de diferentes niveles se cruzaron para compartir actividades lúdicas, promoviendo la solidaridad y fraternidad entre ellos.

El martes, con el tema «Amistad», se instalaron buzones para que los estudiantes intercambiaran mensajes positivos, y árboles de mensajes para promover la buena convivencia.

El miércoles se centró en el valor de la «Confianza», con una formación de patio y oración comunitaria, seguida de una «Tiendita de la confianza» donde los estudiantes podían comprar golosinas depositando el dinero en una caja sin supervisión, reforzando la confianza mutua.

El jueves, dedicado a la «Espiritualidad», ofreció una visita guiada a los espacios religiosos del establecimiento, un concierto de órgano y un comedor solidario, permitiendo a la comunidad educativa conocer más sobre las iniciativas sociales y parroquiales.

Finalmente, el viernes se celebró la «Sana Convivencia» con un desayuno para la Enseñanza Media y un acto de cierre en el patio de enseñanza básica, donde se compartió un queque y se disfrutó de música en vivo.

A lo largo de la semana, se mantuvo el horario de clases regular, con algunas modificaciones para acomodar las actividades. Esta celebración no solo fortaleció los valores pasionistas, sino que también permitió a la comunidad educativa integrarse más estrechamente a la acción pastoral del colegio. Con actividades que reflejan la tradición y el servicio, la semana culminó con un sentimiento compartido: que la Pasión de Cristo esté siempre grabada en nuestros corazones.